Desde la invención del fonógrafo a finales del siglo XIX, el poder escuchar música grabada se convirtió en una parte esencial en las vidas de las personas. Algo que hasta la fecha existe.
Hacia 1865 James Clerk Maxwell había escrito a modo de aclamación teórica: «Es posible generar ondas electromagnéticas que se propaguen a la velocidad de la luz». 2 décadas después Heinrich Wolf Hertz demostraba que era posible la radiación utilizando una corriente alterna de alto voltaje que generaba chispas entre 2 bolas de metal. Las chispas producían una radiación electromagnética que se detectaba mediante un aro con una abertura. Heinrich Hertz había llevado a cabo en 1886 las primeras transmisiones por radio.
Al principio, poca cosa. Enviar a unos cuantos metros una transferencia de energía en forma de chispa. Ese fue el primer mensaje. Nada hacía pensar entonces en la trascendencia de lo que acababa de suceder. Por lo que el transmisor fue arrinconado en un laboratorio universitario alemán.
Hacen la apertura musical los mexicanos Margarita Cueto y Juan Arvizu en «La tristeza está en mí».